viernes, 28 de octubre de 2022

Microrrelatos (II)

Niunca habia sido atraído por los otros niños, ni por los simples juegos que practicaban. Por contra, le gustaba acrecarse a la verja del manicomio y observaba durante horas el ir y venir de los residentes de aquel -según le parecía a ese niño- maravilloso lugar, en el que nadie hablaba con nadie y cada uno hacía lo que le venia en gana: el paseante eterno, cabizbajo y arrastrando los pies; el empedernido fumador, que enlazaba un cigarrillo con otro y otro, hasta agotar el paquete; algunos se balanceaban y pendulaban rítmica y monótonamente; otros hablaban con una puerta, reían... Qué extraordinario mundo de sensaciones nuevas se esconderían tras esa verja (y sobre todo tras esas puertas y en la intimidadc de esos dormitorios, que el imaginaba sombrios, húmedos y muy atrayentes. No he vuelto a saber nada de aquel niño, espero que haya conseguido lo que quería y haya penetrado de lleno en ese mundo que anhelaba desde la puetra de ese viejo manicomio. .................................................................................................................. 

 Fueron juntos, al anochecer a la costa a sacar fotografias nocturnas del paisaje urbano con las olas rompiendo en el espigón. Durante horas pasearon y, aunque felices aparentemente, él iba pensando en silencio si era el momento de dejar esa relación, pues tenía serias dudas de que la siguiera queriendo. En un momento, muy repentino, las olas comenxaron a crecer en la fuerza con que impactaban, hasta el punto de que una de ellas llegó a empaparles las ropas y casi acaba con la vida de la cámara que él llevaba encima. La siguiente ola fue de una potencia monstruosa, lo que hizo que ambos se separaran, llevados por la sorprasa y el miedo. Ella desapareció de su vista, fue su despedida, una despedida sin adiós y sin siquiera mirarse por untima vez, ella no le vió a él y e´l s´solo pudo verlña de espaldas huyendo hacia el lado contrario que tomó él. Y así, agarrado a una columna del paseo, esperando y confiado en que la fuerza de la marea no alcanzara ese lugar aguantó hasta que la siguiente ola lo barrió y arrastró de donde estaba. Sintio que caía en una nada, fría y sin referencia de dónde estaba el suelo o el cielo; tuvo claro que era su fin y no se resistió, muy docilmwnte dejó que el mar se lo tragara. En esos segundos pensó en sus padres, no en ella, que probablemente habia tomado el camino adecuado y se enteraría al poco tiempo de su desaparición. "My face is all lit up. If they find me racing white horses, They'll not take me for a buoy. Let me be weak, let me sleep and dream of sheep". ..................................................................................................................

Había dormido de un tirón, plácidamente, sin apenas variar la postura con la que cayó en la cama; no recordaba haber tenido sueños; por primera vez en meses se había levantado sin contracturas cervicales. 
Puso comida al gato y se preparó un café. Mientras se lo tomaba, sentado en el sofá, actualizó sus redes sociales. Se cepilló los dientes y vació su vejiga. Abrió las ventanas para ventilar la casa, pues no salía de ella desde hacia 2 semanas. Desde la ventana más grande del salón, ya abierta,  saltó al vacío, con los ojos cerrados y la mente en blanco, sólo a la espera de impactar contra la acera y que acabara todo.

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